La ternera del Pirineo toma su nombre del color de su manto y de la geografía en la que se encuentra; los pastos más altos de nuestra bonita cordillera.
Sus orígenes se remontan 160 años atrás, cuando se produjeron los primeros cruces entre la raza Parda Alpina y las razas oriundas de nuestras montañas, con el fin de obtener un animal más productivo en carne y, por lo tanto, mucho más aprovechable.
Reconocida como una de las mejores terneras para consumo, nuestra Parda de Montaña es especial, pues habita, de forma extensiva, en uno de los valles pirenaicos con mayor calidad de pastos y espacios. ¡Tendríais que ver lo felices que son comiendo flores en primavera!