Con mis padres Rosalía y Manolo, comiendo sopa de la cazuela en Sormos.
En Casa Moré se han ido transmitiendo, de generación en generación, los principios y valores que hacen de la ganadería extensiva un recurso incalculable para estas tierras de alta montaña.
Para mis antepasados, fuertes hombres y mujeres de montaña que vivían en consonancia con la no siempre amable naturaleza pirenaica, llevar sus vacas a pastar a los verdes y frescos prados que se extienden bajo las altas cumbres del valle en verano, y volver a bajarlas en invierno, una vez se había segado, secado y guardado la hierba de los prados más cercanos a San Juan, que serviría de sustento a sus animales durante el largo y frío invierno, era pura subsistencia.
Para mí, varios siglos más tarde, este tipo de ganadería extensiva es el modo de vida que yo he elegido.
En el año 2014 y después de preguntarnos muchas veces si de verdad era necesario que nuestro producto, una ternera especialmente buena y sana, basada en el respeto al medio y en los propios ciclos de la naturaleza, se echara a perder en el camino de los canales convencionales de distribución, dimos forma a todos esos procesos y valores heredados de mis antepasados y fundamos Chistau Natural.
Construimos una pequeña sala de despiece artesanal en la que damos a la carne la maduración adecuada, siempre en seco. Después, nosotros mismos despiezamos y envasamos la carne al vacío para que tú puedas disfrutar de una carne sabrosa, sana y muy, muy tierna. Y sin intermediarios.
La mejor ternera que has probado nunca es fruto de la pasión que sentimos por nuestro oficio y el cariño con el que tratamos a cada uno de nuestros animales.
Arando los campos con el caballo y pastando las ovejas.